Por Guillermo Muñoz
Con el cierre de TvRed, la empresa que trajo la televisión pagada por cable a Natales, se cierra un ciclo que se inició hace décadas cuando la pantalla cuasi rectangular interrumpió en blanco y negro nuestras costumbres diarias.
Si el relato bíblico dice que Jesús multiplicó los panes, «el cable» lo hizo con los canales televisivos y convirtió al «zapping» en un deporte que le sacó callos al dedo pulgar.
Porque de contar Natales con un solo canal en los 70 que transmitía programas envasados de 1 semana de diferencia con el canal regional en Punta Arenas, que a su vez lo era del canal estatal chileno Televisión Nacional; se avanzó hacia una señal en directo gracias a los postes tipo telegráfos de una antena repetidora; la irrupción a inicios de los 90 de una antena parabólica gracias al fanatismo del fútbol y que rompió el monopolio estatal nada más ni nada menos que con un canal…¡¡mejicano!!..se llegó al «cable» con más de 30 canales a 40 canales nacionales e internacionales transmitiendo 24 horas al día y un pago mensual más que razonable.
Antes de su cierre, el costo no superaba las 20 lucas.
Y no sólo eso, además permitió el emprendimiento de conocidos vecinos natalinos fanáticos del oficio periodístico con un canal de noticias locales. Ojo, esto, a inicios de los 80, resultó una labor también realizada por un equipo de natalinos del barrio.
A fines de noviembre, la historia televisiva de cable se cierra.
Y con él otra historia interna que hablaba de: finales atrasados de las telenovelas chilenas y mejicanas, la película que nunca se transmitió, el horario del Telebingo, la señal repetidora que cortaba la transmisión a las 2.30 AM en punto sin importarle en qué momento de la película íbamos; la llegada del canal mejicano de las Estrellas ECO, la llegada del Mega, del 13 católico; y la multiplicación de las señales con TVRed.
Dicen que cuando se anunció la llegada del TV cable, muchos se enojaron por esta idea de pagar por ver más. No duró mucho el enojo al parecer porque se pagó finalmente como la boleta del gas, la luz o el agua.
Hoy no va más y las tarjetas de crédito pagarán las plataformas, los smart tv y también el dato de un «vecino que el trabajo lo hace bien».
Cuentan que el negocio no se adaptó a los nuevos tiempos, que «si quizás hace 5 años atrás hubiera…» quién sabe. Todo ha sido demasiado rápido y así como el video le dio el batatazo al cine hace décadas atrás, hoy el formato del video es de colección de museo mientras el cine regresó en gloria y majestad a Natales.
Desaparece «el cable», pero si lo hablamos poéticamente, desde el punto de vista de la democracia, pasamos de ser gobernados por un Partido Único, representación concreta de una dictadura, a la multiplicidad también algo dictatorial de los partidos políticos de una democracia.
Pero en el fondo es quizás más simple. Los natalinos, que antes nos avergonzábamos de ser filmados por una cámara, ya estamos «curtidos» y ahora nos cuesta vivir sin la compañía de una pantalla. Y si son muchas, «mucho mejor”.