Por Claudio Andrade
La Argentina y un nuevo capítulo de su fervorosa historia política y social.
Por estas horas los dados de su economía se encuentran dando vueltas en el aire y las apuestas sobre cómo continuará desarrollándose el escenario se van acumulan en alguna libreta negra.
Una de las primeras consecuencias del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el presidente Javier Milei es la transformación de las empresas estatales en Sociedades Anónimas. Entre ellas Yacimientos Caboníferos Fiscales Río Turbio (YCRT).
De realizarse lo que viene advirtiendo el presidente argentino las empresas del Estado dejarán de tener la cobertura financiera que en definitiva las mantiene vivas hasta ahora. Otro caso, mucho más notorio, es el de Aerolíneas Argentina.
Pero YCRT es más que una marca puesto que también identifica plenamente a la población de Río Turbio que históricamente ha permanecido ligada a la compañía nacional. Hace más de 15 años que YCRT no produce carbón de manera masiva y muy atrás quedaron esos tiempos en que generaba alrededor de 1,2 toneladas anuales. Entre los 70 y 80 más de 3000 personas de Puerto Natales trabajaron en la mina.
En la actualidad la empresa tiene más de 2000 empleados y un presupuesto de unos $20.000 millones. El porcentaje mayoritario del presupuesto que proviene de las arcas públicas se lo destina a sueldos.
Está claro que YCRT no recauda lo suficiente para justificar su existencia como empresa privada, de modo que su cierre es una de las posibilidades que probablemente baraja el equipo de Milei.
¿Qué será de Río Turbio si se le corta su principal fuente de ingresos? Un capítulo a parte merece la Mega Usina que en la teoría iba a ser alimentada por el carbón extraído del yacimiento.
En esta estructura se invirtieron alrededor de USD1700 millones pero nunca llegó a ser terminada. Hoy se encuentra operativo uno de sus dos módulos con capacidad total de 240MW.
En Tierra del Fuego también se tejen hipótesis. La Ley N° 19.640 estableció en 1972 un llamado Régimen de Promoción Económica y Fiscal al que se acogieron sobre todo empresas electrónicas, pero esto implica que el Estado entregue más USD 1000 millones anuales a la provincia para que el sistema continúe operando.
Por años los argentinos han dependido de su industria de armado en el extremo sur para proveerse de celulares y televisores.
Las señales indican que este tipo de gastos no tienen muchas oportunidades de continuar en la Argentina de hoy.
Los paralelos entre Tierra del Fuego y Magallanes no puede ser soslayados. Magallanes transita una época de gran perspectiva de desarrollo. En la actualidad la región genera más USD 40 millones por venta de carne ovina, USD 300 por metanol, USD 9 millones por la venta de lana, USD 650 millones por exportaciones de salmón, unos USD 300 millones por turismo. Un menú al que se le suma la pesca artesanal, la actividad de servicios, empleo público y comercio minorista.
Como se verá se trata de una torta repartida, dinámica y mayormente privada que aguarda el arribo de un nuevo actor: el hidrógeno verde. El PBI alcanza los USD 3100 millones. Esto sobre una población que ronda los 165 mil habitantes.
Por su lado Tierra del Fuego con una población de 190 mil habitantes posee un PBI de USD 3300 millones y la industria representa un 29% de su economía. La provincia argentina recibe además unos 240 mil turistas por año, una cifra similar a la del Parque Nacional Torres del Paine. Por supuesto, los USD 1070 millones que el Estado trasandino dedica a subsidiar la industria es un dato que complica la ecuación económica.