Días a trás, James A. Robinson, profesor de economía de la Universidad de Harvard mencionó la posibilidad cierta de que Chile se convierta en el primer país desarrollado de la región. Sus condiciones institucionales hacen posible imaginar una secuencia que lo lleve al mayor grado de estatura económica, en la visión del co autor, junto a Daron Acemoglu, profesor de economía en el MIT, del best seller y excelente investigación “¿Por qué fracasan los países?”.
No obstante los índices de crecimiento del país de la pasada década y la proyección de la por venir no son auspiciosos.
“Los chilenos sienten que hay posibilidades, este podría ser un país desarrollado, es el único país en Latinoamérica que podría. Para llegar al siguiente nivel Chile necesita más inclusión. A pesar de las mejoras, hay una falta de inclusión en muchas dimensiones”, señaló el académico británico.
Sin embargo, los últimos datos de crecimiento no son alentadores
“Y alejada también de lo que ocurrió en los 90, cuando la actividad se expandió un 6,1% El declive en el crecimiento le valió al último decenio el apelativo de «década perdida». En ese periodo se estancó el alza de los salarios y la calidad de vida para muchos dejó de mejorar. Culpables más, culpables menos, el país resintió lo que significó una baja expansión del PIB”, sigue el artículo.
El futuro no se observa mejor. “En su último Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central (BC) estima un crecimiento que apenas alcanzará un 1,8% entre 2025 y 2034”, indica el medio.
Por otro lado, el avance de una agenda internacional impulsada por poderosas ONGs claramente atenta contra el despegue del país. La burocracia estatal, los recursos judiciales fundamentados en cuestiones ambientales, la permisología que recuerda una obra de Kafka, y la vocación de grupos militantes para mantener a Chile en una situación de semi desarrollo atentan contra el sueño de un país semejante a Finlandia, Noruega o Irlanda.
Irlanda exporta por alrededor de USD 230 MM, mientras que las de Noruega alcanzaron los 164 MM de euros. Chile, por su lado, rondó los USD 90 MM.
Alrededor de USD 10.000 millones de Noruega corresponden solo a salmón. Justamente una industria que está bajo el ataque constante en Chile a pesar de que sus números con sólidos. El sector ofrece más 70 mil empleos y exporta por USD 6500 millones.
Magallanes se encuentra con el desafío de ampliar su base productiva con la llegada del hidrógeno verde, también cuestionado como industria por decenas de ONGs, y consolidar las que ya posee: turismo y acuicultura, explican fuentes del sector.