Por Claudio Andrade

Esta no será una elección como las demás. Algunos candidatos parecen estar más atentos al cambio que otros. Las costumbres, la falta de presupuesto, las políticas de comunicación que han sido abrazadas con cierto éxito en el pasado, todo esto confluye y al mismo tiempo dificulta observar un horizonte distinto.

Se estima que en Puerto Natales votarán unas 17 mil personas empujadas por la obligatoriedad del voto. En la anterior elección fueron poco más de 9000. Y con poco más de 3000 cualquiera podía llevarse el triunfo electoral. Antonieta Oyarzo se alzó con más de 5000 votos, finalmente, pero su contrincante más cercano, Ana Mayorga, superó los 3000.

En esta nueva edición electoral, los candidatos se dividen entre centro derecha, derecha e izquierda. Es de entender que esta última opción alcanza al menos los 5000 votos que recibió una persona que históricamente militó en el PS.

¿Podrá el concejal Marcelo Concretas retener aquellos votos que hicieron ganar a Oyarzo? ¿Y Mayorga será capaz de sostener y ampliar esos 3000 votos que obtuvo en 2021?

Las acciones tradicionales no captarán a votantes que no lo son. Esta es casi una regla de marketing en la era de los algoritmos.

En la elección anterior bastaba con desarrollar contenidos virales en los grupos de permanencia en Facebook y el trabajo puerta a puerta. El problema con esta es que los posibles votantes de los candidatos se encuentran por fuera de sus círculos de pertenencia. Más allá de su radio de conocidos. En otras palabras, es posible que muchos de esos 8000 nuevos votantes no tengan demasiadas referencias de los cuatro postulantes al sillón municipal.

El desafío de Mayorga, Contreras, de la concejal Verónica Pérez y de Liber Lazo es cómo construir puentes hacia estos sectores y hacerles notar que existen y tienen una propuesta.

Si sus palabras tocarán esos corazones, ya es otra historia.

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