Este viernes funcionará en Puerto Natales uno de los talleres en los cuales se recibirán propuestas para la Ley de Acuicultura. Un hecho de carácter ciudadano que, al menos en la teoría, debería abarcar no solamente a quienes están directamente involucrados sino a la comunidad toda.

En especial en una localidad como Natales que desde hace más de una década fundamenta su propio crecimiento en la actividad salmonicultora y el turismo. Los dos grandes motores económicos de Ultima Esperanza.

Se estima que sólo en la localidad más de 3000 personas trabajan en la industria de modo directo o indirecto. De allí la necesidad de ampliar el rango de la convocatoria. Sin embargo, los talleres que se realizarán en distintos puntos de Chile son menos abiertos de lo que parece. No “toda” la comunidad está verdaderamente invitada.

Los periodistas, por ejemplo, no han sido considerados para una participación activa dentro de los encuentros. Tampoco existe un formulario de acreditación formal dirigido a la prensa. Recordemos que los talleres son y deben ser de libre acceso puesto que se discuten asuntos que pueden afectar los bolsillos y el estilo de vida de los habitantes de una ciudad costera y sus alrededores.

Por caso, este periodista completó el formulario de inscripción para participantes y recibió una respuesta poco entusiasta de parte de la organización.

“Quisiéramos indicar que hemos recibido sus inscripciones para los talleres de levantamiento de propuestas de la Ley de Acuicultura, para lo cual agradecemos su alto interés y en base a eso quisiéramos informar lo siguiente”, arranca la contestación enviada por el departamento correspondiente de la Universidad Austral de Chile.

“Estos talleres serán de trabajo y en ellos recogeremos propuestas desde su experiencia, representando los diferentes actores, diferentes sectores, por lo cual aquellos de áreas muy alejadas de la acuicultura no serían parte de estos sectores, por lo cual consideramos reevaluar su participación”, subraya. En otras palabras invitan al profesional a no participar de las mesas.

¿Qué ocurre con los periodistas especializados o de Información General? ¿No están considerados tampoco como iniciados en la temática? Dudas.

“Aquellos interesados en cubrir el taller de forma periodista, pueden participar, sin tener que participar de las mesas de trabajo y pueden estar en algún momento de los talleres o en su plenario final”, sigue limitando la presencia del profesional.

Son líneas que sorprenden — “reevaluar su participación” y “pueden estar en algún momento de los talleres o en su plenario final”–, puesto que suena a circunscribir o evitar la presencia del periodista.

También sorprende esta afirmación: «aquellos de áreas muy alejadas de la acuicultura no serían parte de estos sectores. En Natales el contacto entre el sector acuicultor y sus habitantes es cercano. Se estima que sólo en las empresas que brindan servicio a la actividad trabajan más de 1000 personas y estas expanden los niveles de vínculos laborales o de conocimiento a amigos, familiares con sus propias iniciativas imaginadas para el sector, por poner un caso entre muchos posibles. Hablamos del sector médico, educacional, pesca artesanal, emprendedores de variado tipo y gama, actores sociales, y largo etcétera.

Desde esta perspectiva estos también quedan fuera del llamado.

Pero, por otro lado, los talleres en principio efectivamente estaban pensados para que la comunidad en términos amplios se sumara a ellos. ¿Cambió esto? Y si fue así ¿por qué?

Incluso desde su cuenta en Instagram Subpesca invita a «todos los interesados» a los encuentros, «para recoger las ideas, problemáticas y propuestas».

“Invitamos a todos los actores que directa o indirectamente se relacionan con la actividad acuícola, así como a la ciudadanía en su conjunto, a participar de esta instancia y de esta forma construir una mirada conjunta para esta nueva ley, que por primera vez pueda generar una visión país hacia donde se quiere desarrollar la actividad de la acuicultura en las próximas décadas”, indicaba un parte de prensa de Subpesca del 2023 cuando se convocaba a las actividades iniciales.

En el parte de prensa de esta nueva edición se indica: “Sobre la metodología, se resolvió convocar a pequeñas, medianas y grandes empresas acuícolas, así como a usuarios y a la sociedad en general, a talleres regionales y provinciales, para recoger las necesidades, problemáticas y propuestas de cada territorio”. Es distinto de un modo sutil pero efectivo. De todos modos queda claro que la convocatoria es abierta: “a la sociedad en general”.

Se sabe que el sesgo anti industria está presente en el gobierno de Gabriel Boric. Es así que el encargado de redactar la ley es el abogado Ignacio Martínez quien cumplió funciones legales con anterioridad para la Fundación Terra, una ONG que se viene oponiendo fuertemente a la actividad.

En una comunidad pequeña como Natales, con poco más de 20 mil habitantes, la incidencia de la acuicultura en la economía y el desarrollo local resulta clave. Los más de 3000 trabajadores del sector representa a un 30% o más de la comunidad económicamente activa, según indican voces del sector comercial y empresarial.

En 2023 ya se realizaron un serie de “diálogos participativos” con una propuesta similar en ese caso con la intervención de la Universidad de Valparaíso. Subpesca llevó adelante 24 encuentros locales, 8 con la comunidad científica, 9 encuentros regionales y/o macroregionales, 2 de alcance regional que implicaron la participación de más de 750 personas.

La autoridad indicó a los medios que este proceso quedó plasmado en un informe que elaboró la propia institución académica.

“A fines de diciembre de 2023, la Universidad de Valparaíso entregó un informe final que recopila todos los resultados y aportes obtenidos durante este proceso de participación ciudadana. Constituye un valioso insumo para la elaboración de la propuesta de la nueva ley, asegurando que reflejerá de manera precisa las necesidades y aspiraciones de la comunidad acuícola en Chile, dotando además de un marco normativo robusto y moderno para el desarrollo del sector”, se indica en el Balance de Gestión del 2023 de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.

“El alcance de este proceso de participación es tanto sectorial como nacional, reconociendo que la acuicultura y la pesca son actividades que enfrentan desafíos regulatorios y culturales diferentes, por lo que es necesario contar con marcos regulatorios distintos”, sigue.

Un párrafo llamativo que obliga a presuponer que la Subsecretaría necesitó de un extenso informe y de encuentros de diverso orden, para comprender algo que está visible a los ojos del mundo. Chile es el segundo productor de salmones del planeta y eso lo ubica como uno de los grandes jugadores en el ramo de la acuicultura.

Desde el sector hay voces que opinan que las iniciativas ciudadanas del gobierno en este sentido no han tenido un efecto práctico y los esfuerzos han caído en la “nada”. De algún modo, el proceso burocrático va por detrás de la dinámica del propio sector.

De hecho en 2023 las temáticas estaba dedicadas a “construir espacios de conversación respecto a lo que se necesita en la acuicultura, en relación a distintos aspectos que interesan al sector como por ejemplo la institucionalidad sectorial, permisos sectoriales, requerimientos ambientales y sanitarios, asociatividad, investigación, cadena de producción seguridad e inocuidad alimentaria y protección social, junto a otras temáticas”.

Pero en 2024 la convocatoria es para otras materias y espacios de tiempo muy cortos: “(1) Acceso; (2) Ordenamiento Territorial Acuícola; (3) Ambiental (Enfoque Sostenible); (4) Sanidad y Bienestar Animal; (5) Investigación para la Toma de Decisiones; (6) Fiscalización y Sanción; (7) Cadenas Productivas y Comercialización; y (8) Gobernanza”, indica la información de prensa.

La pregunta es obvia ¿Está claro el camino a seguir?