En su reciente encuentro con representantes de los trabajadores de la salmonicultura, la pesca, el transporte marítimo, entre otros, el Subsecretario de Pesca y Acuicultura, Julio Salas, insistió con una idea que ya había esbozado en 2023: que las industrias chilenas vinculas al mar abandonen el territorio chileno.

En aquel momento, según explican actores del sector a este medio, la frase tuvo el sabor de una broma de mal gusto. Es que llevar el discurso a la realidad implicaría expulsar de Chile a una de sus industrias emblemáticas. El también abogado Salas no se ha detenido allí y tendría planes semejantes para la pesca industrial.

Más allá de los eufemismos, en el marco de la Ley de Acuicultura, Salas impulsa un plan de producción que ha generado amplio rechazo en todo el sector por las consecuencias negativas que traería en lo social y lo económico.

Los trabajadores respondieron de inmediato a través de declaraciones públicas y contactos con la prensa denunciando la posible desaparición de actividades que entregan empleo a miles de personas. Solo la salmonicultura representa 70.000 empleos y exportaciones por US$ 6500 millones. En Magallanes las cifras alcanzan los 7000 mil empleos y exportaciones por US$ 650, constituyendo al salmón en el principal producto de exportación local por encima de los derivados de los combustibles fósiles.

Según le indicaron fuentes a este medio, Salas propuso nuevamente que la salmonicultura se traslade a alta mar y abandone el territorio nacional. Una idea que también tienen en mente la para industria pesquera.

“Con los niveles de regulación vigentes y el grado de saturación de los espacios disponibles en los fiordos, estamos en una situación de techo para la actividad. Parte de la conversación público-privada de una Ley General de Acuicultura tiene que ser capaz de imaginar nuevas tecnologías, nuevos espacios, y nuevos consensos en los territorios donde se realiza la actividad. Por ejemplo, explorar la acuicultura en alta mar», aseguró el subsecretario Salas a en 2023 a El Mercurio.

Llama la atención la voluntad del funcionario por sacar del tablero justamente a una de las industrias que más divisas y empleo generan para el país. La reubicación en alta mar generaría múltiples problemas logísticos pero también un giro total en la actividad en su relación con las comunidades, aseguran gremialistas.

“Una decisión de esa naturaleza tendría un tremendo impacto social y laboral en un lugar como Magallanes y se perdería miles de empleos. Además dejaría en crisis al sector y provocaría inestabilidad”, indica Juan Jara representante del Sindicato Obrero de Pescadores de la Pesquera Edén.

“Detrás de esto hay un tema ideológico en el gobierno y que nos afecta”, agrega.

También resulta llamativo para la industria que Salas, militante de Convergencia Social, apunte a una presunta “saturación” de los fiordos cuando la salmonicultura ocupa apenas 2000 hectáreas de más de 5 millones de hectáreas protegidas.

“El año pasado el subsecretario ya hablada de explorar la acuicultura en alta mar, tal vez no la tomamos en serio, pensamos que era una broma, pero ahora lo dice ante dirigentes sindicales en momentos de discusión del nuevo proyecto (Ley de Acuicultura), es muy curioso considerando que su función de máxima autoridad de la acuicultura es precisamente el desarrollo de la misma dentro del borde costero, como ha sido desde sus inicios”, indicó una voz de la industria a este medio.

“En conclusión, el subsecretario pretende que todos se vayan del borde costero chileno”, agrega.

La semana pasada, uno de los talleres donde se plantean propuestas para la Ley de Acuicultura, organizado por la Universidad Austral de Chile y Subpesca, tuvo que ser suspendido porque los participantes de diversos gremios vinculados al mar, consideraron que la convocatoria era parcial y sesgada.

El desacuerdo por parte de los trabajadores se ha extendido a lo largo de todo el sur y otros talleres semejantes.